Hemos llegado al final de la partida,
igual hemos tenido hasta buen tino,
buceamos en el amor como un submarino,
aunque ambos tenemos ya nuestra vida.
El tan manido y esperado regreso,
no es volver a pasar por lo mismo,
es el sabor de aquel primer beso,
es volver a sentir el romanticismo.
Ya sabes que eres mi único catecismo,
que voy tras de ti como un loco poseso,
mi corazón mira al cielo con altruismo,
verte y no besarte, ¡menudo es el peso!
Mi amor era solo como un viaje de ida,
Te lo digo hasta en “Román Paladino”,
Si algo no soy es ser un buen adivino,
Mi alma, ¡ya ves!, por ti se suicida.
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