(TRIDECASÍLABOS)
No eres remala, pero si requetemala,
me has atracado el corazón, por la patilla
ahora me curas su herida con pastillas,
sin pasar por ningún sanatorio ni sala.
Tu recuerdo siembra mi mente omnibulada,
de deidades que querer siempre comprometer,
me mira de frente, con cara descarada,
y trata sin lograrlo el hacerme enloquecer.
Ni te quiero decir adiós ni lo pretendo,
ni tan joven ni tan viejo, ni harto de vivir,
tampoco quiero protagonizar Don Mendo.
Lo único que quiero es querer poder decidir,
si te alquilo mi corazón o te lo vendo,
te lo doy solo y en exclusiva, para ti.
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