Te mira con los ojos tan cerrados,
y con su ternura tan infinita,
que en su corazón sólo habita,
Un sentimiento incontrolado.
Con las sensaciones actuales,
Te pone piel de gallina en el alma,
Y preciosos trinos de zorzales,
Te traen cosquilleos y mucha calma.
Siempre le pido que no cambie nunca,
Porque es sencillamente maravillosa,
Porque ya no es niña, sino adulta.
Con su preciosa sonrisa de Diosa,
Con lo que no me dice y oculta,
Porque es persona y es bondadosa.
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