miércoles, 24 de julio de 2013

1206 GRITAR: UNA SINRAZÓN MEDIOCRE


La ilógica,
Salvaje, un animal,
Una chispa,
Un incendio forestal,
Un déspota,
Un niño malcriado,
Maneras de ser,
De ser muy mal educado.
Berrinches de niño chico,
A pesar de los taytantos,
¡ya no te junto!, ¡me encabrito!,
¡cuántos insultos!, ¡¿Cuántos?!

La vergüenza no se hereda,
¿Dónde está la educación?
¿Y dónde las buenas maneras?
¿Por estudios?, ¿Por nación?

Hay vida tras la arboleda,
Y también resurrección,
Rey villano en su trinchera,
¡hay que ser muy maricón!

El dinero si que se hereda,
Pero no la buena compostura,
¡Gritan!, ¡sálvese quien pueda!,
Todo es pasto de la locura.

¿Pagarle con la misma moneda?
Ni tan solo eso se merece,
Si un día se levanta la veda,
veremos cuan raudo desaparece.

Se es muy fuerte atrincherado,
Con un cable de por medio,
¿Cara a cara?, La hemos cagado,
Llegado el caso no hay remedio.

Es tan pobre,
que no tiene más que dinero,
un corazón: ¿con o sin sobre?,
el alma es un ente pasajero.

Unos nacen con estrella
Que no saben conservar,
Sus raíces son plebeyas,
Sus maneras: insultar.

Los gritos son el arma
de la gente cobarde.

Los gritos son
señal de debilidad.

Los gritos son maltratos.

Los gritos son la imposición
por la fuerza de la sinrazón.

Hay gente tan pobre,
que solo tiene dinero
y solo sabe gritar.
Esta gente da pena.
Mucha pena.

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