El poder de los bancos es ficticio,
Porque si quitamos nuestro dinero,
Ese poder tan grande y pendenciero,
Se queda en fuegos de artificio.
Les dejamos hacer sin más oficio
Que el de hacernos un agujero.
Nos dejan temblando el billetero,
Cerrando oficinas, peor servicio.
Mandan a sus buenas gentes al paro,
Y a los clientes a la cola de espera,
Por desespero de mentes humildes.
Ni trabajadores ni clientes, raro
Porque el que espera desespera.
Igual hay que ponerles ya las tildes.
Calella, 19/06/22 – 15:22
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