Hace un mes y cuatro dias que nos dejaste desangelados. Te fuiste feliz, sin ruido. Como los ángeles celestiales, batiendo tus alas llenas de amor. Fue un placer coincidir contigo en este mundo. Lástima que el puñetero virus no nos dejó vernos más, mucho más, los últimos dos años...
Yaya, te fuiste sin hacer un ruido,
Igual que viviste tu larga vida,
En mi mente sigues igual cosida,
Me siento fuertemente a ti unido.
Pasan todos los días y las semanas
Y pasarán muchos meses y años,
Y me ahogará el mismo daño,
Por mucho que ventile mis ventanas.
Dejaste una huella imborrable
en todos los que, con suerte, te vimos
en tu edad más lúcida y madura.
Tu gran sonrisa queda indeleble
En nuestros corazones, te quisimos
Todos mucho, fuerte, y con locura.
Calella, 14/06/22 – 22:02
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