Cuando pierden la vergüenza los que mandan,
Los que obedecen pierden el respeto,
No debe ser morir como un Capuleto
Se trata del ser de los que comandan.
El rumbo ha de ser de los que andan,
El ritmo antes de poner a nadie inquieto,
Mejor no guardarlo como un secreto,
Y dejarlo claro a los que engrandan.
Si la vereda se vuelve muy angosta,
Y las órdenes pasan a ser veniales,
el puerto de atraque puede ser de traca.
El problema es de quien se arregosta
A los mandados más o menos anales,
No debe ser lo mismo Paco que Paca.
Calella, 14/06/2022 – 12:55
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