La incontinencia de la intolerancia
Provoca que el día de los esfínteres,
sea como una maldita expresión rancia,
que asoma a la lengua de los títeres.
Se aceptan las faltas de ortografía,
Porque en el error está lo más bello,
Algunos usan verbo con orgía,
Sin quitarse la caspa de plebeyo.
Queda alguna loca colonizada,
Que eructa su dosis diaria racista,
Cual rata demente tras un teclado.
El andaluz con mente adoctrinada,
Es aquel personaje tan fascista…
¡Siempre queda el maldito renegado!
Calella, 08/06/19 – 14:35
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