Por el forro los cojones,
Intentas las comuniones
Con aperos de jumento.
Lo único que yo lamento,
Son tus falsas convicciones,
Con las ruedas de camiones
Comulgas: ¡Menudo cuento!
¿Para qué ser abogado?
Ya que demuestras muy poco
Y acabarás pringando.
Sabías que era alocado,
Que sólo seguiría un loco,
Las órdenes del mal mando.
Calella, 24/06/19 – 22:38
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