Aunque esté la del flequillo,
Cierto que con su amarillo,
Nos dejó rastro de tiza.
Por ser la triste ceniza,
A la Rovira la apostillo,
Arrimadas dio gatillo,
Mancillando a la nodriza.
Pues vaya par de gemelas,
Edulcoradas y colonas
De aquellas tierras alpinas.
Nos dejaron a dos velas,
Tan bribonas, tan cabronas,
Clandestinas y vecinas.
Calella, 17/06/19 – 02:05
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