A esas mentes inconcretas,
Las colonizadas chaquetas,
Sólo atienden al revuelo.
Tocando pies en el suelo,
Desmontas los exegetas,
Que son meras marionetas
Que aspiran al alto cielo.
Esa ley que bien conoces,
Les dará su merecido,
Al dictar laudo Marchena.
Los locuaces altavoces,
Dirán, de lo que han vivido,
Que escrita era la condena.
Calella, 26/06/19 – 15:12
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