Trotas con los niños hasta los chopos,
Abrevas en el arroyo, galopas
lleno de florecillas y te ensopas,
con tanto “chiribiri” entre piropos.
Tu rebuzno rebuzna como en copos,
Con la chiquillería alegre te arropas,
Sus caricias atracan en tus popas,
Y bailan entre tus patas los topos.
Comes campanillas níveas y gualdas,
Brincas mientras llega el ocaso de Abril,
La tarde de blanco babear verdoso.
De otra nube rosada te respaldas,
Cuando tus ojos negros centellan mil
Rayos, destellos de un cielo celoso.
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