Remanso verde oro que no veo hace años,
¡Pace tranquilo, Platero!, sin prisa,
Que quiero beberme ésta fresca brisa,
Con la fragancia de sus aledaños.
Lirios celestes flanquean esos daños
Que el paso del tiempo nos decomisa,
Jardín del olvido que supervisa
El paso de todos los desengaños.
Burrillo mío, este precioso remanso
Era mi corazón antes, pasaba
El tiempo muerto viendo su belleza.
Lo degusto, lo bebo y no me canso,
Observándolo el amor me flotaba
Y mis cuentos llenaban mi cabeza.
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