Octavo poema inspirado en los "Poemas del Amor Oscuro", póstumos, de Federico Garcia Lorca. En esta ocasión este va de la mano del "SONETO DE LA DULCE QUEJA", y reza así:
Tu espectacular sonrisa me maravilla,
Tu eres la que pone a mi alma el acento,
Mis besos siempre se estrellan en tu mejilla,
Pero no desfallezco, no pierdo el aliento.
Tengo ganas de poder ganarme vivir a tu orilla,
Esa es mi locura, donde mejor me siento,
Me conformo con ser un trozo de tu costilla,
Solo con verte reír paras en seco mi sufrimiento.
Desde el horizonte, tu olor me lo trae el viento,
Has plantado bien honda en mi alma la semilla,
Ya crecida, se continúa cociendo a fuego lento.
Estoy preparado para cualquier zancadilla,
Por fin nos ha llegado el ansiado momento,
Nuestros sentimientos navegan mirando la quilla.
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