Un amigo de aquellos Madriles me ha mandao su vida en verso, para que lo publique por éstos lares. Con su permiso, claro. Es padre a la quinta potencia, cinco hijos, tres mujeres, y le queda cuerda para rato. Un artista, un amigo, un hermano.
"Unas líneas dedicadas a mi Maestro y Mentor en ésto de la poesía. (ésta ya sólo me costado 45 minutos)."
Dicen que la experiencia es un grado,
Pero en el tema mujeres lo dudo,
Al principio eres muy tozudo,
Pero al final te vuelves un vago.
Para que veas, mi vida te cuento,
Aunque la base ya la sabes,
Te dejo algunos detalles,
Porque cada mujer es un entuerto.
En mi vida hubo unas cuantas,
Pero con ninguna llegué a nada serio,
Hasta que un "pagafantas",
Me presentó a la primera,
En un local de éstos que cantas,
Que más que un Karaoke parecía un putiferio.
Como estaba loquito por pillar “cacho”,
Enseguida me dio la locura,
De decirla que si íbamos a ver al cura,
Aunque a ella no le gustaba mi mostacho.
Después de once años de risas y lloros,
Decidimos dejarlo como estaba,
Aunque la familia no entendía,
Cómo después de muchos imploros,
Aquello al final no funcionaría
Por mucho que yo aguantaba.
Con la segunda, más de lo mismo,
Pero algo diferente,
Nos conocimos en un abismo,
Rodeados de mucha gente.
En este caso, la supervivencia fue menor,
Sólo duró 6 años, al principio bien,
Pero al ser camarera también,
En un sitio dónde había tren,
El público muy numeroso era el que pasaba,
Y con un vigilante de Metro vacilaba,
Total que cada vez iba a peor.
Un día que se le ocurrió ir a buscarla,
Lo “trinqué” por la ventana,
Bajé rápido cual cerbatana,
A él lo puse guapo y a ella la mandé “a cascarla”.
Después de un tiempo sólo en casa,
Me lié la manta a la cabeza,
Cogí cuatro cosas sin sutileza,
Las metí en una bolsa con asa,
Subí a un autobús sin mirar atrás,
Sin saber dónde pararía,
El destino me trajo a Viladecans,
Sin saber todavía lo que quería.
Lo primero necesitaba un trabajo,
Lo más rápido de ....camarero,
Se sabe en el mundo entero,
Que en eso se trabaja a destajo.
No me despisto que viene la tercera,
Ésta vez sin buscarlo,
Un día nos cruzamos por la acera,
También era camarera cervecera,
Y ésta vez si me costó atarlo.
Trabajábamos en dos bares cercanos,
Ella subía algunas veces,
Yo bajaba otras sin motivo,
Hasta que nos vimos con creces,
Y subió dónde yo vivo.
Esta es la última, he de prometer,
Si se entera ella, me capa,
Pero como con una cerveza te ponen tapa,
Y a lo mejor después te apetece comer,
Ella pensará: éste no se me escapa
Si no le dejo “meter”
Se me vá con otra a “proceder”
Y a mi los cuernos se me destapan.
MORALEJA:
No por tener una mujer y desear a otra,
Estarás más contento,
Y piénsalo bien antes de contar un cuento,
Porque a la larga todo se vuelve en contra.
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