miércoles, 8 de septiembre de 2010

004 A MEDIAS CON JOAQUIN SABINA

Porque hay que saber despedirse con elegancia, aunque el destinatario no tenga ni puñetera idea de  lo que significa esa palabra, ni otros muchos valores humanos.

Una despedida "agridulce"

En horas inoportunas
me han ido llegando algunas
noticias que se las traen.
Y, como vuelan y caen
sobre terreno abonado,
voy, señores del jurado,
a contestar enseguida,
para vendarme la herida
cortando con el pasado.


Sabes bien que no intervine,
por respeto en tus montajes.
No quiero hacerte chantaje,
ni soy crítico de cine.
Cuando me llamaron, vine
a arreglar en esos cuartos
como un actor de reparto
todos tus entuertos


Pero ha llegado el momento
de decirte que lamento
estar harto de estar harto.


Ya es hora de terminar
esta historia interminable,
sin víctimas ni culpables;
pongamos punto final,
y, volvamos, cada cual,
como gatos escaldados,
a ordenar nuestro tejado;
concluyamos esta liga,
si no queremos que siga
lloviendo sobre mojado.


Urge cortar por lo sano
con la relación tras el verano
y el cachondeo del trasnocheo.
El rol de patito feo
no me va, te lo aseguro
y menos el de ejecutivo duro
que a ti te cuesta tan poco.
Antes de que te vuelvas loco
corrijamos el futuro.


He decidido que paso
la página de este enredo
perdiéndole miedo al miedo.


La gota que colma el vaso
no me la trago; hazme caso
y volvamos a lo nuestro,
cortemos este secuestro
intelectual y laboral de un tajo;
no soy tan tonto, carajo,
ni tu tan listo, maestro.


Te lo he dicho mil veces
y no has querido escucharme,
sin dejarte humillarme
me has humillado con creces;
a ti siempre te parece
que mis quejas son por vicio,
que maltrato mi oficio
siendo tal y como soy.
Déjame sacarte hoy
por última vez de quicio.


Lo más difícil ahí queda,
¡ que lo mejore el que pueda !
Cinco restaurantes abiertos,
Y varias decenas de miles de cubiertos,
personal, reuniones, carretera, horas
Claras, Josés, Carles, Bequis y Lolas,
Y la razón con los ojos despiertos.


Con que continúe quien quiera,
antes de que otras rencillas
conviertan en pesadillas
los sueños de la razón.
También sé decir que no
si me buscan las cosquillas.


No caminaré más contigo
he dejado de ser tu amigo
de urgencias y escaqueo,
De corazón te deseo
que lo entiendas noblemente
y le expliques a tu gente
que éste es un final feliz.
No puedo seguir así,
con “el teclao” entre los dientes.


Tengo que empezar de nuevo
para escapar del abismo,
a decidir por mí mismo
sin contar con nadie más;
debo atreverme, si me atrevo,
a demostrar lo que digo,
sin pretensiones ni testigos,
con aire nuevo en las pilas
y la conciencia tranquila
de éste, tu otrora, amigo.


Voy a recoger la mies,
plantando cara al futuro,
pasando de pseudo-ejecutivos duros,
con paradigmas de “Efecto Lucifer”
y tribulaciones de inmaduros.


No me quiero despedir,
de estos casi cuatro años
sin mencionar el deber de redimir
manipulación, amaños, mentiras y engaños,
por secar las lágrimas de la razón del paño
que le sobra, de sobras, al saber vivir.


Mi futuro es ahora,
y por si alguien lo implora.
el presente ha pasado,
el pasado, esté como esté,
siempre mejor enterrado.


A partir de este preciso momento,
para mi no existes, estás muerto,
el barco queda atracado en su puerto
yo me quedo en sosegada paz,
Y, por supuesto, no lo lamento,


Toma nota,
de éstos versos que hoy escribo,
pues para acabar ésta relación,
todo queda abierto por derribo.

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