Haber si inventan de una vez,
El pirateo del corazón,
Y nos libramos de la maldad,
De las envidias y la desazón,
De vivir con el alma en vilo,
De no poder decir con libertad,
Lo que se admira y admiro,
Los delirios de la pubertad,
Las fiebres que se sentían,
En lo más profundo de la razón,
Los sueños que se convertían,
En realidades de día, de noche no.
Podías soñar despierto,
Podías vivir sin aserto,
Podías dormir a pata suelta,
En medio de una revuelta,
Podías dormir de día,
Si usabas la picardía,
Podías vivir de noche
Sin convertirte en un fantoche.
Entablar conversaciones,
Con músicas estridentes,
Aprender letras de canciones
Con el amor entre los dientes
Cogido con alfileres,
Mientras hacías en talleres,
La obra de teatro loca,
De tu generación,
Daban los últimos coletazos,
Los de la Santa Inquisición,
Nos quitaban a manotazos,
Cualquier atisbo de subidón,
Por rozar la piel canela,
De quien encandila tu corazón.
Hay que ser muy pirata,
Y no dejar de dar la lata,
Hasta que te sales con la tuya,
Que no es la mía ni la suya,
Ni la de nadie,
Sino todo lo contrario.
Me faltan letras en el abecedario,
Para poder decir lo que siento,
No cabría ni en un anuario,
Ni tampoco en mil armarios,
La calidad de los sentimientos.
Los piratas del corazón,
Somos gente honrada,
Hablamos con la hinchazón,
con la aorta muy inflada,
Febril por la razón,
De tener cerca a nuestra amada.
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