Maldigo cada paso sobre la tierra,
La moral por los suelos y raída,
Pensando dónde mi alma yerra.
Nuestro amor no anda nunca por llanura,
Algunos brotes verdes ya están marchitos,Sabes que te quiero con inusitada locura,
Mi alma me pide estar a tu lado, a gritos.
Nuestras almas juntas son dos pares,
Tampoco nos falta quien las aguijonea,Quiero dejar atrás ya todos los pesares,
Y abrazar tu figura cuando se contonea.
Mi corazón afónico te vocifera,
Poseído anda por una quimera,Caballero andante de triste figura,
Aguanta sus penas por ser educado,
Traspasó ya el umbral de la locura,
Y por tanta y tanta falta de cordura,
Por la calentura anda demacrado.
¡Mira que pasarnos esto a estas edades!,
Cuando muchos ya andan el camino de vuelta,Por desatar la cuerda, el alma se suelta,
Poniendo mano izquierda, a contra veleidades,
¡Dejemos que los sueños vuelen en ala delta!.
En medio de sus sueños el loco avanza,
Dejando el reguero del rastro de una tiza,Su herida no cicatriza y por ello agoniza,
Sus alaridos llegan desde la lontananza,
Porque no encuentran consuelo en su nodriza.
Resuenan sus llantos en suelo urbano,
los dedos acusadores le hacen villano,es la viva estampa del Cristo de la Amargura,
su historia se ha venido abajo y queda rota,
ya no tiene rastro de cordura en su figura,
sus sueños le han dejado con cara de idiota.
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