viernes, 27 de diciembre de 2013

1345 A ORILLAS DE TU BOCA I (CASTILLA 02)

 
Soñemos un poquito con que llega ese día,
La sangre se acelera, tengo la cara encendía,
Te veo llegar hasta mí muy lentamente,
Unas gotas de sudor resbalan por mi frente.
El pulso se rebela y adquiere un tono jadeante,
Con paso firme, el corazón da un paso adelante.
Mi sueño majestuoso en las nubes apoyado,
Tu alma me grita con pasión a grito callado.
Tus ojos me miran como las aves rapaces,
Con solo un pensamiento: ¿Seremos capaces?,
Tu sola presencia aumenta por mil mi ego,
Esto no es un juego, hay prendido un fuego.

Quiero comenzar a tu vera un alto vuelo,
Dejando atrás la nubes que haya en el cielo,
Mi sentimiento es puro, bello, firme y agudo,
Así que de nada te va a valer ningún escudo,
Te aseguro que tengo los pies en la tierra,
Con unas ganas locas de dar mucha guerra,
Pero humilde como el alma de un jornalero,
Con la puntería fina del mejor arquero.
Por las venas aceite y agua del Guadiana,
Y el aire impregnado de fe en Santa Ana.
Subiremos y bajaremos por escarpadas colinas,
Entre mares de olivos, granados y encinas,
Estaremos revolcados en la hierba del prado,
Mientras mi corazón se te postra arrodillado,
Lograremos dejar atrás el desasosiego y hastío,
Beberemos agua fresca a la orilla del río.
Nuestros corazones serán como alegres pasajeros,
A lomos de un amor que nos tiene prisioneros.
Un beso a escondidas, debajo de las arcadas
Del Callejón del Reloj, bajo luces plateadas,
Eso hace que me sienta fuerte como un roble,
Y a la par que también me sienta muy noble.
Quiero pasear a la fresca bajo las arboledas,
Con las almas subidas en patinetes con ruedas.
Tú curas sin querer en mi alma los desconchones,
Un susurro tuyo es la mejor de las canciones,
¿Quieres formar conmigo un feliz hogar?
Te ofrezco tanto amor como gotas hay en el mar.

Quiero que seas mi reina, mi princesa dominadora,
Para nada que seas la mujer que mi amor ignora,
Si te alejas mi alma yacerá yerta y desparramada,
Como atravesada por una fría y larga espada,
Toda mi vida y mi ser en torno a tu figura gira,
El ojo de mi corazón es el que siempre te mira
El alma está segura que este tiro no lo yerra,
Por eso se adhiere a tu diana y fuerte se aferra.

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