¡Y yo
qué sé…!
Nunca
me especialicé en salir huyendo,
De una
muerte en la que siempre resucite,
Y si
un Dios pagano viene y me lo permite
Me
agarraré a ello como a un clavo ardiendo.
Si me
va bien en algo, igual digo que no,
Porque
quiero reírme de mi mismo yo,
Y no
es porque quiera regalarme flores,
Tampoco
aspiro a tales honores.
Mi
velero ya no despliega las velas,
Aunque
apunta siempre en dirección al sol,
Ni mi
alma llora con las telenovelas,
Sigo
en busca del mejor soneto de amor.
Al
corazón ya no le cabe más revolución,
Ni más
pátina compatible con la razón,
Me
quemo siempre que juego con fuego,
En
asuntos del amor me declaro lego,
Nunca
he sabido cómo caer de pie,
Me
trago cualquier anzuelo de cualquier pez.
Mañana
no lo sé, pero hoy soy como soy,
Si es
por ti, cualquier día yo me mato,
Estoy
harto de maullar como un gato
No me
quieras mañana, quiéreme hoy.
Insisto
en ser mi peor enemigo,
Ni en
eso le doy paso a terceros,
Juego
con unos sentimientos certeros,
Y paso
de mirarte siempre tu ombligo.
Prefiero
tus mejores desnudos,
Al
gran altar de una santa misa,
no me
llega el cuello a la camisa,
ya no
quiero deshacer más tus nudos.
Así
que… cada uno se lama sus heridas,
Que
enfile cada cual su carretera,
Mi
alma pretende ser bandolera,
Como
en cada una de sus mil vidas.
Dejémonos
de amores en conservas,
Enfrentando
de frente el futuro,
Traguémonos
de golpe este cianuro,
Y
hablemos con los ojos sin reservas.
Te
quiero desde mi temprana niñez,
Toca
un cercano toque de rebato,
No voy
a ser más tu pazguato,
Solo
me queda decir: ¡y yo que sé…!
Calella,
04/02/24 – 03.45
No hay comentarios:
Publicar un comentario