Tiemblo mucho cuando te veo,
Y al no verte tengo grueso
Temblor, desde aquel beso
Lejano, ni sé lo que leo.
Eres Virgen de mi deseo,
Y aunque pinche en hueso,
Dejaré libre mi acceso,
Bien sabes que nunca bromeo.
Si me llevas la contraria,
Vas feliz con cualquier suceso,
Me pareces una notaria.
Sacas mi vis de travieso,
Deja de ser arbitraria,
Cuando mi amor te confieso.
Calella, 11/08/22 – 22:55
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