Mañana no te quise más que ayer,
Pero has dejado escapar tu
último tren,
Me has hecho sentir muy
pequeño,
Vencida queda el alma por
tedio y sueño.
El corazón lo tengo en un
polvorín,
Tus banderas ya ni
siquiera se izan,
demasiado pecado y muy
poco botín,
para tantos recuerdos que
se eternizan.
Te mueves a diario por
arenas movedizas,
Duermes de día y vives la
madrugada,
Tus miradas se me antojan
muy huidizas,
A punta de pistola tu alma
viajaba.
Tus sentimientos caben en
un maletín,
Se alejan del corazón y lo
tapizan,
Quedan en mi alma tus
manchas de carmín,
Y aquellos besos con que
la bautizan.
Ahora parece que amas y
que agudizas,
Amas todo lo que antes yo
sembraba,
Sin querer, al pensarme,
te paralizas,
Porque no tienes clara
ninguna escapada.
Sigues sin rumbo por
arenas movedizas,
Con los sentimientos
cubiertos de hollín,
A cualquiera que me nombra
le atizas
Ya no quiero ser tu
flautista de Hamelín.
Te estás hundiendo en
arenas movedizas,
Tu corazón sigue lleno de
almidón,
Altanera, quisiera ver si
aterrizas,
Es tu última ocasión para
pedir perdón.
Elegiste deambular las
arenas movedizas,
Tu vida ha sido una
montaña escarpada,
No te paraste a paladear
tardes pajizas,
Tarde ves que tu vida no
ha valido nada.
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