Este viejo corazón ya tan solo respira
Y late, sin querer más revancha ni venganza,
En su fuero interno te ama con locura y aspira
Sin más dilación, sin cuartelillo a la tardanza,
Al momento en que esta cruel lejanía se retira,
Tanto agravio temporal sus viejas anclas leve,
Y las penas se olviden tanto como el que bebe.
38 Con la cruel cólera ennegrecida y muy quemada
Se alumbra y fustiga el maltratado pensamiento,
Te veo en felices sueños como una bella hada,
Aunque siga cayendo vencido en cada intento,
Mi alma no renuncia a ver tu posible escapada,
Esa huida para la que nunca nos falta aliento,
nos arropará la luz y sombra de la luna,
y alcanzaremos juntos, al fin, nuestra fortuna.
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