RIPIO 114 –
21/10/19 – 18:26
Te vi bajo aquella escalera,
Tan altanera, tan preciosa,
Que al ver tu cara hermosa,
Mi alma gritó en silencio:
¡Ella es!
Y empezó a arder el cielo,
Y el suelo no se estaba quieto,
Y saltó por los aires mi parapeto:
¡Y desde entonces es!
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