Tampoco de tus tenaces ataduras,
Con las luces fundidas, quedo a oscuras,
Sólo aspiro a tus maneras más piadosas.
Tu presencia impregna el aire de agua de rosas,
Así son más libres y dulces las ligaduras,
Alejas de golpe, de mí, todas las negruras,
Las horas a tu lado son felices y gloriosas.
Tus amores, son para mí, los más fervientes,
Atizan mi vida con la fuerza de mil fuegos,
Sabes que no es la primera vez que lo digo.
Si acaso pecan, lo hacen solo por inocentes,
Impacientes, desesperados y ciegos,
Pero nunca me convertiré en tu enemigo.
Calella, 22/07/16 – 20:59
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