Mi padre
Mi padre a mí me inculcó
El ser un hombre cercano
Al tiempo que me enseñó
A trabajar con mis manos.
Mi madre era sencilla,
Casi analfabeta, muy humilde,
La recuerdo sentada en su silla
Poniendo en mi vida cada tilde.
Sobre sus vidas levantaron
Una familia con sustancia,
Y con su paciencia labraron
Un porvenir sin ignorancia.
Poceños,
ambos eran poceños de cuna,
buen Poceño y buena Poceña,
con su trabajo de sol a luna,
y alguna mirada más que oportuna,
nos mimaron con cara risueña.
En sus vidas,
Nunca soltaron ni un mal gesto,
Sus veredas bien seguidas,
En cada momento estaban prestos,
¡Ay… Si pudieran ver las conseguidas
De sus ramas y sarmientos!
De seguro que estarían contentos.
Nacieron entre las orillas
Del Guadalentín y del Guadalquivir,
Ni para rezar hincaban las rodillas,
Se murieron sin hartarse de vivir,
Sobrevivieron a legañas y ladillas,
ambos sacaron un “Máster” en sufrir.
Calella, 21/11/18 – 20:52
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