jueves, 1 de enero de 2015

1844 SABES QUE ME MUERO


 
En vísperas de la Nochevieja 2014, parece que las musas están conmigo. Quiero dedicar estas líneas  a esas hadas de carne y hueso que, sin saberlo ellas, hacen que mis dedos sobrevuelen sobre un teclado de ordenador.

PENSAMIENTOS ALEJANDRINOS
 
Sabes que me muero por obtener tus placeres,
Sin embargo siempre tienes mi alma a pan y agua,
Intento comprenderte, tú haces lo que puedes,
Pero yo sigo viendo muy lejos tus enaguas.
 
Me intentas convencer de que es más que necesario,
En espera de que nos llegue el ansiado buen día,
Voy devoto y descalzo, por promesa, a un Santuario,
Porque del día a día parece que uno ya no se fía.
 
Creo que mi corazón es para ti de segunda,
Por la manera furibunda con que le atacas,
Tu alma patea mi vida gris medio moribunda,
Porque siempre la atracas con formas muy bellacas.
 
Ahora se despeña para subir tus peldaños,
No encuentra ni un solitario perro que le ladre,
Parece que cada mes se cumple algunos años,
se llama cobarde por este enorme descuadre.
 
Pues sí que se la has acabado liando parda,
Ella que se las prometía tan y tan felices,
La desesperanza se me muestra muy bastarda,
El futuro aparece lleno de cicatrices.
 
Nuestro amor agoniza desde su nacimiento,
Ya no aguanta las fiestas de semana en semana,
Se ha hartado de chocar con el duro cemento,
El muro que levantas cuando te da la gana.
 
El amor infinito no es el de la distancia,
Tampoco enladrilla ipso facto cualquier visita,
Estar enamorado es más tener la constancia,
Sintiendo como su sola presencia te agita.
 
Pero urge poner un punto y final al final,
Para que no se pudra todo lo bueno que hubo,
Sin llegar a ser oficial ha sido bello y real,
Y sin duda siempre de lo que hubo se retuvo.

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