Hay que serlo para amar,
Porque en esta sociedad,
El más pintado miente.
Hoy me acuerdo de los desamparados,
De los que no son correspondidos,
De los tristes y solos, compungidos,
De los desdichados más enamorados.
De esos amores imposibles,
Que haberlos haylos. Por diversas cuestiones,
Por dinero y otras divagaciones,
Que hacen que pendan del hilo los fusibles.
¿Quién se acuerda de los que sufren por amor?
¿De los amores encerrados entre rejas de oro?
Alimentados por el chocolate del loro,
Que lloran a escondidas de un negro resplandor.
Prisioneros de jaulas hipotecarias,
Encarcelados entre ciertas familias,
En las que se vive de fobias y no de filias,
En situaciones demasiado precarias.
Para ellos va mi recuerdo,
Para los desamparados del amor,
Para los que no hay más situación
Que aguantar sus propios derechos de autor.
Entre Platja D´Aro y Calella
13/02/20 – 23:58