El estómago y sus mariposas
Revoloteando por el terreno de juego.
El balón con su tez caprichosa,
Surcaba el aire con forma jocosa,
Cuando Messi se erige Rey sin ego.
Se suspende un tiempo indefinido,
Se parte por la mitad el partido,
Cuando un borceguí acaricia el cuero.
El balón surca el aire lento y adormecido,
Para entrar en el Olimpo escogido,
Lanzando noventa mil voces al ruedo.
Dar patadas a una pelota es arte,
Messi nos invita a ser juez y parte,
Del éxtasis, de la gloria, del jolgorio.
Los segundos se eternizan, punto y aparte,
El Barça enarbola el baluarte
Del mayor Imperio plástico y pretorio.
Calella, 03/05/19 – 18:34
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