lunes, 8 de mayo de 2017

3082 MED PLAYA, LLEVO 25 DE 50

 
Entré a trabajar en Med Playa,
Hace un cuarto de siglo justo,
En aquella mi edad más canalla,
Con el Sr. Farrerós estuve a gusto.
 
Hemos transitado por muchas batallas,
Y hemos crecido día a día, al alimón,
una cadena hotelera era una gran muralla
para un pueblerino como yo, de Pozo Alcón.
 
La hostelería familiar presenta otra pantalla,
La de cadena hotelera no es peor ni mejor,
Son diferentes mundos, como se detalla,
En ambos late fuerte un buen corazón.
 
Cincuenta años no son nada, se subraya,
Pero si te los explica el “Avi”, Sr. Codina,
Siempre se ha dado el do de pecho, la talla,
Su moraleja: Caminante es el que camina.
 
Con medio siglo a cuestas se trabaja, se ensaya,
Y hasta los curas tienen alguna sobrina,
Hoy me ha tocado rimar trabajo con Med Playa,
Gracias por su Magisterio en el Monterrey, Sr. Codina.
 
Hubo una historia de tenis que no se soslaya,
Un mes de septiembre en el Club de Girona,
Narcís Codina Negre en nombre de Med Playa,
Con Arantxa Sanchez Vicario, venida de Barcelona.
 
Llegó Foster´s y un Tempietto en zona “Malaya”,
Litros de gasolina quemados tras  los restaurantes,
Todo por la Patria, Todo por Med Playa,
Los tiempos pasan y pesan… pero son como antes.
 
Y llegó el Sr. Coprava con sus horarios,
Apostando siempre, en vanguardia, por la tecnología,
Recursos Humanos selló con sus labios
Todas las fronteras de los turnos que había.
 
También llegó un desdibujado Míster Caprabo,
Dejando en herencia el SAP, ¡menudo programa!
Y se largó metiendo en su entrepierna el rabo,
su testamento alargado es un verdadero drama.
 
Mientras tanto Estefanell ya no estaba en zona,
Y apareció Benet, como el “Súper López” de Med Playa,
Bajo palio traía Quick Chef y algo de Archidona,
Y las compras… para ponernos a todos a raya.
 
Y Benalmádena se acordó de un andaluz de Girona,
Y el Balmoral se presentó como una gran ocasión,
De trabajar con Bordera en una reapertura molona,
Fueron grandes días vividos con mucha emoción.
 
Para no quedarme en el paro, me fui de Playa de Aro,
Cambiando de novia: Monterrey por Santa Mónica,
Calella me salva poco a poco del desamparo,
Y seguimos, a pie de obra, escribiendo la crónica.
 
Y Paco se nos jubiló del Pez Espada
Y Miguel, se largó del Bali, buena jugada,
Y Alfonso se refugió en la Peña del Barcelona,
Y Estefanell y sus vías de sol y sus neuronas,
Y el Monterrey se convirtió en escuela,
Y las corbatas siguen desgastando suela,
Y el tiempo es canalla y algo maricón,
Y el “Avi” Codina sigue al pie del cañón.
Y la central sigue creciendo sin freno,
Y la burocracia convierte en malo todo lo bueno,
Y el humo del tiempo se llevará todo lo que haya,
Y vivimos para contarlo: 50 años de Med Playa.

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