domingo, 9 de abril de 2017

3039 CONVERSACIONES CONMIGO MISMO 04

 

13 Mi alma por las montañas,
coge bríos muy rumbosos,
a veces hasta tú te extrañas,
de los sentimientos tan caudalosos,
que silban con arrullos amorosos.
 
14 Tu noche nunca es sosegada,
trasnochas hasta que llega la aurora,
tu respiración se torna alterada,
y hace que tu soledad sea sonora,
porque la habita el duende que la enamora.
 
15 Teníamos un futuro florido,
los corazones bien enlazados,
amor a galope tendido,
con grandes esfuerzos edificado,
pero de espinas lo has coronado.
 
16 Ya no persigo tu huella,
tu sendero no es mi camino,
desapareces a ritmo de centella,
se ha avinagrado aquel dulce vino,
otrora líquido tan divino.
 

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