Unos versos alejandrinos inspirados en el último tema conocido del Maestro Sabina, canción que es la banda sonora de la última pelireportaje que le han dedicado: "Sintiéndolo mucho".
MI ÚLTIMO CARTUCHO
Poco a poco, llegamos a la estación temida,
Sin un billete de vuelta al incierto futuro,
Una lágrima centellea sola y mal vestida,
Mientras muy serio con su salida, yo murmuro.
Siento como la vida me da un buen esquinazo,
Por no saber juntar, acaso, un trio de cuatros,
Por unos besos tuyos me parto el espinazo,
Me dejas desnuda el alma, como los albatros.
Hasta he olvidado olvidar mi pasado,
A veces me llega un recado de lo que fui,
Sin acuse de recibo, es posado robado,
Entre olvido y olvido, suelo olvidarme de mi.
He querido vivir mi juventud sin dignidad,
Al recluta ya no le queda ni un cartucho,
La vida me dio siempre un baño de realidad,
A pesar de todo aún grito: ¡Te quiero mucho!
Diste a esta triste figura por amortizada.
Al calor del brasero de una mesa camilla,
Desde entonces tu respuesta es una callada,
Con la que tirito de frío bajo las enagüillas.
Pero lo cierto de todo es lo que siento hoy,
Sin más pasado mañana por el que apostar,
Si hoy me quieres, has de quererme tal como soy,
Se nos ha pasado el tiempo de saber esperar.
El olvido se ha olvidado de la dignidad,
Te ofrezco mi corazón en un cucurucho,
Lo que ves y aprecias es mi única realidad,
No te engaño al decirte que te quiero mucho.
Desde la juventud a la vejez, va y se pierde
Algo que parece poco, que es un arrechucho,
Un ciclón arrasa a este pobre viejo verde.
Y entre bambalinas me deja bien flacucho.
Ya no me queda de mi ayer ni la dignidad,
Ni una sola bala, ni un solo cartucho,
Tan solo me queda la inmensa felicidad,
De saber que, de cuando en cuando, aún te escucho.
Calella, 21/10/2022 – 16:18