El dos mil dieciocho a tomar por saco,
Otro año se va sin pena ni gloria,
El corazón sigue en su petitoria,
Tras su cristal ajado, un poco opaco.
Los sueños quedaron un poco flacos,
Las ansiedades tomaron victoria,
Un año de locura transitoria,
Sin euforia, con olor a sobaco.
Dos mil diecinueve… ¡a ver si escampa!
Que ya va siendo hora de dejar la cruz,
Y de que sople un buen viento de cara.
Dos mil diecinueve… ¡bendita estampa!
Cumple los sueños de este buen andaluz,
Que vino al mundo con alguna tara.
Dos mil diecinueve… ¡No me hagas trampa!
Ilumina el sendero con buena luz,
Que haga que se vea la mañana clara.
Calella,
30/12/18 – 22:35