miércoles, 12 de marzo de 2014

1463 NO QUIERO QUE TU BOCA ME ENCARCELE

 
No quiero que tu boca me encarcele,
ni que tus manos sean mis barrotes,
no quiero que el pulso se me acelere,
ni ser en tus brazos tonto de capirote.
 
No quiero olvidar naranjas atardeceres,
no la lluvia mojándonos toda la ropa,
no quiero convertir en rutina los placeres,
ni dejar de tomar contigo la penúltima copa.
 
No quiero amores tan fugazmente eternos,
que no den tiempo ni a ponerle los cuernos,
ni amores tan eternamente fugaces,
que en la primera disputa no hagan las paces.
 
Daría toda mi vida por verte ahora mismo,
bajarte del bus y hacerlo sin más cinismo,
permitiendo a tu corazón que haga excursionismo,
pero que lo haga conmigo y sin egoísmo.

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