lunes, 18 de noviembre de 2013

1314 ANTONIO MACHADO

 
Ayer, al fin, cumplí un viejo sueño. Visitar la tumba de uno de mis poetas preferidos. De un poeta exiliado. De un POETA con mayúsculas. Aquí dejo mi homenaje en versos endecasílabos:

Una fría tumba llena de flores,
gris homenaje de piedra y cemento,
unos versos huérfanos de olores,
una sepultura, un sentimiento.

El poeta y su madre en descanso eterno,
en tierra extraña, reza una canción,
versos que murieron un frío invierno,
porque un gobierno les negó la emoción.

Triste soledad en lugar prominente,
de cara a la entrada del cementerio,
te visita gran parte de tu gente,
con tristeza y el semblante muy serio.

Seguro que ibas triste en aquel viaje,
con billete de ida para no tornar,
tu amor republicano de equipaje,
tus versos derramados sobre la mar.

Sobre tu tumba vi varios limones,
dos rosas y un cuadro republicano,
lágrimas derramadas de emociones,
y dos azulejos hechos a mano.

Yo sí que he vuelto y sí que me pregunto:
¿Por qué nunca te han traído de vuelta?
ingrata España al pasar del asunto,
tus paisanos no dejan tu alma suelta.

Te he visto arrinconado en el olvido,
bajo un cielo gris y muy encapotado,
ajeno a todo lo que se ha vivido,
llorando tus versos de enamorado.

No hay comentarios: